"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces...¿para qué sirve la utopía? La utopía sirve para eso, para caminar."

lunes, 7 de abril de 2014

There is always hope


Antonio Armando era un niñito que apenas si sacaba unos palmos del suelo, pero ya tenía clara su vocación desde tan chiquillo : "Yo soy mensajero de los ángeles de allá arriba", decía, y señalaba al cielo. 
Todos los días, desde bien temprano para no ser visto, agarraba su vieja bicicleta y se adentraba en la selva de su ciudad, repartiendo por los buzones algunos garabatos que ni él mismo solía entender. 

"Seguí, seguí, que el túnel termina ya pronto".
"Y si entre todos le damos una patada a esa gastada burbuja gris?"
"Estamos aquí sentados, mirando cómo nos matan los sueños"...y otras cosas que Antonio copiaba de las paredes de Montevideo.

Y Antonio, el mensajero, se sentía feliz. Creía virar el rumbo del mundo él solo, el muy loquito.





Imagen: ¨There is always hope", de Banksy.

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