Te espero tras cualquier esquina, en cualquier bar. Te quiero como a las estrellas que miro, aun sabiendo que no las voy a alcanzar.
Te espero como una visita dominical. He ordenado mi casa y disimulo, haciendo la cama, para que tú la deshagas al llegar.
Te veo, como una fotografía que está por tomar. Te disfruto como ave libre, aunque en mis ramas no te vengas a posar.
Te espero fuera, aunque por ahora estás dentro de mi.
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