Sin título, de Carmen Custardoy |
Como si todo alrededor fuese de color gris, y tú de un insultante color rojo que alegra la imaginación, y se ríe en la cara de los que se cortan las manos cuando tú, que eres sueño, los haces añicos.
Siento la manera en que te acercas, como una fecha señalada en el calendario, y rápidamente te alejas tan pronto me rozas, como una flecha que me perdona la vida. Les pregunto a mis ojeras, como un niño pequeño cansado del viaje, cuántos amaneceres nos quedan hasta llegar a ti.
Tienes el sabor agridulce de lo que sólo se vive una vez, que se termina conforme empieza, y me suelta el cuello mientras me hace cada vez más esclavo.
Dicen que el amor es eterno mientras dura. Pero eternidad no conozco sino la intensidad de tus ojos, mientras son tus ojos quienes me miran.