"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces...¿para qué sirve la utopía? La utopía sirve para eso, para caminar."

miércoles, 17 de octubre de 2012

Teatro de Sub-Realidad.

Se abre el telón
despiertan las conciencias
asistimos a la obra de la Creación.

Busca refugio el orgullo herido
un lugar tranquilo
donde morir de inocencia.
No caben en los ojos
los engranajes que mueven el mundo
la explosión de voluntades
todos los cruces de caminos
donde sólo uno es posible.
Todas las ruedas sin discusión
que sólo miran al frente
y hacen avanzar inexorable
sin retroceder, sin retroceso.
Donde entran tres palomas
blancas, blancas como la nieve
se columpia tranquila el águila
y todos aprenden como niños
en la negrura de la curiosidad
y un joven a fuego marcado
tiende la mano a una princesa
en un castillo viejo y lejano
para escapar de las sombras
de antaño, de antaño.

Las constantes vitales
de un mundo peregrino
que prende y se consume, inútil
como una vela que se enciende en Sol
para seguir visitando
nuevos lugares, nuevos desiertos
que, 
si bien diferentes,
no dejan de ser lo mismo.

Y nacerán mañana 
cuatro amores nuevos
a la vez que morirán tres.

Y seguiremos fraguando
en el vivo hierro muerto
toda índole insospechada
contra todos aquellos matices
que nos gritan en voz alta
que de aquí nos vamos pronto.

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